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Xàbia homenajeará y dará a conocer a las nuevas generaciones al pintor local Antonio Bas Blasco dedicándole un espacio público

18 may 2022

El Ayuntamiento de Xàbia dedicará un espacio público al pintor Antonio Bas Blasco para reconocer y que perdure en la memoria colectiva la obra de este artista local que, con colores fuertes y maravillosos grises, supo reflejar la idiosincrasia, los paisajes y las costumbres de nuestro pueblo.

Hoy la comisión de cultura ha acordado por unanimidad asignar esta denominación honorífica al espacio público ajardinado de la calle Sanchis Guarner, un acuerdo que próximamente será ratificado por el pleno.

Antonio Bas Blasco nació en Xàbia el 31 de mayo de 1937 y murió en València

el 16 de agosto de 2001, mientras ultimaba una exposición que tenía que

inaugurarse una semana después en la Sala de Arte de Aduanas del Mar de Xàbia.

Desde muy pequeño manifestó su vocación artística, alentada por su padre que lo animaba a visitar el estudio del pintor Juan Bautista Soler Blasco.

El año 1956 el Ayuntamiento le concedió una beca para la Escuela Profesional de Bellas artes de Alicante. Continuó sus estudios en el Círculo Artístico de San Lucas de Barcelona y en la Escuela Superior de Bellas artes San Carlos de València, completando sus estudios en la Facultad de Bellas artes de la Universidad Complutense de Madrid. Durante su formación académica realizó varios viajes de estudio por Francia, Estados Unidos, Grecia y Portugal.

En 1972 fue seleccionado para la Exposición Nacional de Arte Contemporáneo y realizó numerosas exposiciones, entre otras en la Casa de Cultura de Cuenca, el Casino de Albacete, las galerías Tiziano, Tronchoni y Bachiller de València, acogiendo su obra la sala municipal del Ayuntamiento de Xàbia en 1983 y la sala Mediterráneo de Aduanas en 1985.

En el catálogo de la exposición que el Ayuntamiento ofreció en homenaje a Antonio

Bas Blasco en el Espai d’Art A. Lambert en 2002, podemos leer: “La obra de este pintor es extraordinariamente intensa. Su inspiración es realista, pero su obra cobra vida propia. El color, el trazo nervioso y preciso, la composición perfecta... Antonio Bas Blasco fue un virtuoso, un artista tocado por un dominio admirable de la técnica. Y a esto, por supuesto, hay que sumar su originalidad y pasión. Sus pinturas respiran vida, porque nacen de la vida de esta ciudad y de la mirada de un artista esencial y excepcional”.

Cabría destacar, en palabras de su sobrina, “su integridad moral, su entereza, manteniéndose siempre digno y fiel a sí mismo, aunque todo ello le costara caro en muchas ocasiones en términos de prestigio y reconocimiento. Fue un idealista, a veces quijotesco, persiguiendo -y logrando- su sueño de la infancia de ser pintor, cuando llenaba las paredes de casa con sus dibujos. Tenía un verdadero talante de artista. Una vez le pregunté si se arrepentía del camino que había elegido, y con esa rotundidad con la que hablaba a veces, afirmó: ¡nunca!”.